3ª razón

Supone una enorme desviación de recursos para una minoría de la población, aquella con mayor poder adquisitivo



Este enorme gasto de construcción, mantenimiento y explotación pagado con dinero de todos y todas supone una enorme desviación de recursos para una minoría de la población, en general aquella que dispone de rentas altas y que puede pagarse el alto precio del billete, mientras que la mayor parte de los costes totales y de los de explotación que quedan sin recuperarse vía ingresos corre a cargo del resto de la población. Lo que convierte esta infraestructura en un proyecto elitista en una situación en la que amplias capas de la población no consigue cubrir necesidades mucho más básicas. Por lo tanto, el TAV navarro debilita la cohesión social y supone una transferencia regresiva de renta.

>> Ver 4ª razón

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