4ª razón


No favorece la cohesión territorial y margina a los pueblos y zonas rurales


Debido a las especiales condiciones que implica la alta velocidad, los trenes sólo conectan las grandes ciudades. En el Corredor navarro sólo está prevista la parada en Pamplona, aunque existen divergencias políticas y de intereses para que tenga parada también en Tudela.

Por lo tanto, los pueblos y zonas rurales que están en su recorrido no tendrían acceso a los servicios de largo recorrido, aunque sí se verían gravemente afectados por sus efectos nocivos. Este es claramente el caso de Tafalla y la zona media de Navarra.




Al mismo tiempo se comprueba que las enormes cantidades de dinero público destinadas a las líneas de alta velocidad detraen recursos para los ferrocarriles convencionales, degradando así su servicio con menos frecuencias, menos paradas, cierre de estaciones y sin renovación. Por ejemplo, de la inversión total destinada al tren en 2016, se ha asignado a la Alta Velocidad el 67% aunque solo transporta un exiguo 6,84% de los viajeros, unos 30 millones. Mientras que el montante destinado a la red convencional de larga, media distancia y cercanías por donde circulan casi 450 millones se llevó el 13% de la inversión.

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